Wednesday, February 21, 2007

Un matrimonio hecho en el cielo? (Una asociación perfecta)



Otro gran artículo de The Economist con fecha 21 de Febrero. Acá va la traducción:

"Los escépticos ya están poniendo en duda algunas insinuaciones, diseminadas esta semana en sectores de la prensa británica, de una gran re-fusión en la industria de las comunicaciones globales. Sin embargo la posibilidad de una asociación entre una vasta corporación basada en Roma y una rival más pequeña con oficinas centrales en el sur de Inglaterra, ha llevado a algunos analistas a la especulación. Primeras conversaciones se dice se han llevado a cabo entre representantes de dos grupos establecidos hace mucho tiempo. Si llegar a tener éxito, el acuerdo vería a una casa matriz reunida con una unidad que se separó de ella, un poco amargamente, en el siglo 16.
Algunos observadores sugieren que este acuerdo puede ser tan importante como la separación y posterior re-fusión de partes de AT&T, una compañía de telecomunicaciones que mantuvo un monopolio en Estados Unidos hasta los 70s. Como en el caso de AT&T, la disolución de una organización alguna vez dominante inevitablemente deja profundas cicatrices. Pero con el tiempo, al aparecer nuevos competidores con nuevas ideas que cambian el panorama del negocio, el abuso del poder monopólico y el dolor de la división, pueden ser olvidados en atención a mutuas ganancias. La eventual re-fusión de AT&T con Bellsouth en 2006, una rama del gigante de las comunicaciones arrancada en la reformación del negocio de las telecomunicaciones en América, fue reconocida por la mayoría como una sensata reacción ante el cambiante panorama competitivo.
Eso también puede ser cierto para las dos fuerzas dominantes en la comunicación cristiana. El Cristianismo aún reclama consumidores que representan aproximadamente un tercio de la población mundial. De ellos la marca Católica, con sus oficinas centrales en Roma, hace alarde de 1.1 billones de adherentes. Los Anglicanos también tienen alcance global, pero traerían alrededor de 80 millones de adherentes a la corporación unificada. Sin embargo, en tiempos donde el Cristianismo está sufriendo de lentas tasas de crecimiento, la expansión a través de fusiones parece ser la única forma de ganar participación en el mercado. Las tradicionales corporaciones de adoración han visto seria competencia de Evangélicos y Pentecostales operando desde mega-iglesias ubicadas fuera de las ciudades. Formas más viejas de Cristianismo, como medios escritos, también están perdiendo, debido a que los clientes más viejos no han podido ser reemplazado por otros más jóvenes y consumo ocasional - en lugar de uso tradicional y regular - se convierte en la norma.
Ambas iglesias han tratado de quitarle importancia a las conversaciones sobre una fusión. Y evidentemente, quedan pendiente muchos obstáculos. Como en cualquier fusión, unir dos teams gerenciales rivales puede demostrar ser complicado. Cada uno discrepa sobre la naturaleza de la Eucaristía y en la ordenación de mujeres sacerdotes. Reconocer al Papa como el jefe de la corporación fusionada también podria probar ser dificultoso. La marca anglicana además se ve aproblemada. Le falta un modelo claro de negocio y sufre de abiertas divisiones entre altos ejecutivos que tienen mucha más decentralizada autoridad. Muchos ejecutivos están comprometidos en amargas disputas sobre contratar staff homosexual en su filial Americana. En contraste la iglesia Católica tiene una clara cadena de mando entre su jefe ejecutivo, sus 4,700 ejecutivos senior y 400,000 encargados alrededor del mundo.
Sin embargo potenciales sinergias abundan. Combinar mano de obra podría permitir ahorros en costo significativos, aunque despidos podrían ser impopulares. El mercado de propiedades en auge implica que una iglesia unificada podría beneficiarse magníficamente al vender activos sobrantes, muchos de ellos en sitios urbanos de primera. Al no beneficiarme mutuamente las dos organizaciones - la fusión sería de hecho una absorción por parte de la iglesia Católica de su más pequeño rival - los anglicanos podrían preferir un nexo más suelto, quizás separando algunos activos hacia un joint-venture o incluso, mirando al cielo, abrazando algo semejante a los acuerdos de código-compartido entre grandes aerolíneas. Cualquiera que sea la forma que la fusión eventualmente tome, si existe alguna, al menos los dos grupos han mostrado que son serios en relación a poner el negocio de la comunicación masiva en forma para el siglo 21."

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