Friday, January 06, 2006

NYC 1° Installment


VIERNES

El día había llegado. El vuelo de Delta que me llevaría a New York salía a las 12:30 pm. El día anterior conseguí que Rami, un compañero palestino me llevara al aeropuerto (el taxi de donde vivo al aeropuerto sale US$42). El vuelo tranquilo, me sorprendió por la calidad de mp3 que podías escuchar, desde el Revolver de los Beatles hasta el Chutes Too Narrow de The Shins, pasando por los dos últimos discos de Coldplay, el primero de Franz Ferdinand, el último de los Rolling Stones, algunos clásicos de Bob Dylan y unas recopilaciones alternativosas de los 90. Aterrizamos al ritmo de City of Blinding Lights de U2 (también había televisión satelital en el vuelo, pero los últimos días de ocio me los había pasado mirando tele). Antes del viaje le había escuchado a cierta gente que me convenía llegar a La Guardia en lugar del JFK (aeropuertos) hice caso sin saber como llegar a Manhattan desde ninguno de los dos. La Guardia es re chico y mayormente recibe vuelos nacionales, salvo unos 20 minutos que tuvimos que esperar después del aterrizaje, el trámite fue bastante rápido, agarre mi equipaje y salí decidido a dejarme caer vertiginosamente en NYC. Agarré un Super Shuttle a los 5 min, le dí la dirección donde iba y salimos. La Guardia queda en la parte norte de Queens, de ahí a Manhattan nos demoramos como 1 hora. Me iba bajando del Shuttle y la siempre llamada oportuna de García a mi celular que se encargaba de ponerle mayor emoción a mi llegada. Me quedé en un hostal de la YMCA al lado de Central Park (en el extremo más cercano a Times Square) muy cerca de una de las Trump Tower y de Columbus Circle donde está el edificio de CNN. Hice el check-in, me fui a la habitación (bastante mejor de lo que esperaba), y a los 5 minutos ya estaba caminando por las calles. Anduve por Broadway, en dirección downtown y al poco rato me encontré con Times Square. Las luces y todo el bullicio eran mayor de lo que esperaba. Me fui de vuelta al hostal decidido a prepararme para mi primera salida nocturna.

Sabía bastantes nombres de bares y clubs típicos de la escena rock neoyorquina, difinitamente ese iba a ser mi target por las noches, nada de pagar entradas caras para ir a escuchar mierda de música, después de todo New York y Londres son las ciudades con mayor cantidades de bandas underground y también del mainstream que son de mi gusto. Salí, con alguna confusión por ser primera noche y caminé por la 6ta avenida hasta la calle 30 más o menos. Ahí entré a un bar, me tomé un par de coronas y un martini seco, conversé un rato con un par de weones de Maryland y con una tipica neoyorquina que se estaba tomando unos Cosmos y que me recomendó algunos lugares para ir. Me deben haber dado las 12 en ese bar, igual no quería party hard, porque andaba medio cansado, sin embargo caminé de vuelta y a la altura de la calle 40 o 50 me encontré con una fila de gente, veo el nombre del lugar China Club, la entrada costaba 20 dólares, me puse a hacer la fila y le pregunte a la gente que estaba ahí sobre el tipo de música del lugar. Hip Hop me dijeron…sería todo…enfilé para la 8va avenida, había visto unos bares irlandeses, entré, me compré unas Guiness y me pusé a conversar con unos brasileños, uno era trader en Londres el otro abogado graduado de Georgetown, re simpaticos, aunque ultra derechistas (sobretodo el trader, de esos derechistas sin mayores fundamentos eso sí) odiaban a Lula, pero sin embargo quería que ganara Bachelet en Chile, el abogado conocía varios chilenos y hasta había tenido una polola chilena en México. Quedamos de contactarnos la próxima vez que yo fuera a NYC.

SABADO

Al día siguiente en la mañana me levanté, tomé un par de fotos en Central Park y me fui al Barrio Chino. Tomé el subway (el pase de 4 dólares, que equivale a 4 viajes es bastante conveniente), tomé desayuno en un café chino (la china que atendía sabía poco y nada de inglés) lo mismo que en Starbucks (un caramel macchiato y un dulce) pero en vez de pagar US$ 7 pagué US$3. Lleno de gente, mayormente chinos, bastante pintoresco el lugar, bastantes lugares como el sótano donde compraron a los Gremlins. Mucho comercio callejero también, te ofrecen de todo, desde Rolex hasta accesorios para el computador, comida, lo que quieras. Mención aparte merecen los chinos, cual Daniel San, practicando Kung Fu en las plazas y los que están tratando de pescar algo en el río. Muy cerca del barrio chino estaba Little Italy, bastante mejor cuidado, consiste básicamente de una sola calle Mulberry St., muchos restorantes, de hecho almorcé ahí, conversé con el garzón que tenia pinta de argentino pero que era rumano y tenía un español notable. En la tarde me fui al Soho, donde puedes encontrar todas las mayores tiendas, mucho movimiento y un paisaje bastante más sofisticado. Agarré el subway de nuevo me bajé en Grand Central y caminé hacia Rockafeller Center, estuve ahí mirando el famoso árbol de Pascua y a la gente patinar. Lo curioso fue que en un momento determinado sacaron a toda la gente y un chino le pidio matrimonio en la pista a otra china regalandole rosas y un anillo…que romántico! Webeta!. De ahí crucé a la catedral de St. Patrick, bastante imponente la fachada. Queda en la 5ta avenida muy cerca de Saks 5th Avenue que tenía unas vitrinas demasiado producidas dignas de fotografiar. Más tarde habré cenado no se donde, fui a central park nuevamente, los árboles iluminados y me fui a caminar la tarde noche por East Village para identificar posibles lugares para salir a la noche. Más tarde me decidí a ir al Luke and Leroy un bar- club que quedaba en la 7ma avenida (en Chelsea). Tomé el subway, pedí un martini seco y para mi sorpresa alcance a llegar mientras era bar abierto. Me tomé uno gratis, después ya empecé a pagar y al rato me hice amigo del barman que me decía “just tip me”. Estábamos al ritmo de Kaiser Chiefs, Joy Division, The Cure, yo por supuesto hice mis peticiones, The Smiths básicamente, me sacaron a bailar (una colegiala de 40). Pasaban las horas, me hice amigo del doble de Paul McCartney, que sacaba porros en la calle diciendo que estaba invitando a Disney. Mas tarde empecé a conversar con unos pendejos neoyorquinos, terminamos comiendo un sanwich de cebolla o una weabada así en el Soho (reconocí el sector pq había andado ahí la durante la tarde) y discutiendo con un negro jamaiquino que tenía una polera de Morrissey sobre cual era el peor y mejor columnista de The New York Times, el huevon era fanatico de la Maureen Down (que es simpatica pero que es demasiado extremista de izquierda) yo al final terminé defendiendo a Brooks (que es conservador moderado) y apoyando a Nicholas Kristof (mi favorito lejos, centro izquierdista). En fin, por suerte me fueron a dejar en auto al hostal tipo 6 am.

DOMINGO

La noche había estado pesada, por lo que me levanté tarde, caminé un rato por los alrededores y me fui a Ground Zero. Lleno de turistas, no es mucho lo que se puede ver, salvo los cimientos de las nuevas edificaciones, el día estaba feo, llovía y hacía mucho frío. A las 4 pm tenía tickets para el show de Navidad en el Radio City Music Hall con las Rockettes (el cuerpo de bailarinas que da vida al show). Mi ubicación no era la mejor, pero distaba mucho de ser la peor. El show es magnífico, el lugar es notable, un lujo. Tomé varias fotos. Las bailarinas son estupendas, todas del mismo porte y van cambiando de vestimenta a lo largo de la puesta en escena. Hasta lentes 3D en una sección. El show dura como 1 hora y 30 minutos. Definitivamente notable. Me imagino que para un niño chico debe ser absolutamente inolvidable que lo lleven ahí. Después de eso no tenía mucho que hacer. Era domingo y todavía estaba un poco acañado. Decidí ir al cine. La película Brokeback Mountain. Con los populares Heath Ledger y Jack Gyllenhall revolcándose, Es en realidad la película con mayor cantidad de nominaciones a los Globos de Oro. En definitiva, no es la mejor película que he visto en mi vida, pero es bastante buena y tiene una escena en particular que pienso va a quedar para siempre en la historia del cine y que es notable. Es un film fuerte y sútil a la vez y va a causar polémica. Está muy bien lograda y Ang Lee (el director) es un maestro, ya lo había demostrado en otra favorita personal, Sense and Sensibility. Ya no quiero seguir con los spoilers. Después de eso me fui a dormir, total quedaban bastantes días.

LUNES

El lunes iba a ser el día cultural por excelencia. Me había comprado el City Pass con antelación, por lo que tenía entradas al Museo Guggenheim, al de Historia Natural, al de Arte Moderno, al Empire State, al Museo Intrepid y a un Crucero por el río. Si van cómprenlo, les va a ahorrar un montón de tiempo haciendo filas. Temprano en la mañana me fui a Wall Street, calles muy angostas, edificios viejísimos, definitivamente un must-see. Eso queda bien abajo en el downtown, me vine al uptown a las 10 al Guggenheim. La exposición era de pintores rusos y de cuadros que pertenecían a las colecciones de las antiguas familias reales rusas, además de algunas exhibiciones habituales del museo. Estaba repleto, la colección iba desde los años 700 hasta pintores rusos actuales. No solo había pinturas, sino que esculturas y diversos otros trabajos dignos de denominarse arte. Definitivamente los antiguos zares y zarinas rusos tuvieron un refinado gusto, coleccionando cuadros de pintores italianos y españoles clásicos para así influenciar a sus coterráneos. En cuanto a las colecciones habituales del Guggenheim, Chagall fue lo que más me llamó la atención (sin ser un erudito en pintura en absoluto, solo Tendencias Pictóricas Modernas en la Ufro..jaja). Después de unas tres horas, crucé Central Park y me fui al Museo de Historia Natural. Es demasiado grande. Estuve tres horas más ahí. Es imposible absorber todo lo que tienen para mostrar. Animales de todos los continentes, aborígenes de todos los continentes, trajes típicos, la evolución del universo, como se miden los sismos, equipamiento anti desastres, es gigante, para estar un día entero mirando. Mención aparte la sección de los dinosaurios, con la mayor cantidad de verdaderos huesos encontrados enterrados en diversas partes del planeta en exhibición. Es realmente un deleite pero como digo es too much information. Habré cenado en Subway esa tarde-noche. Definitivamente Subways y Starbucks es lo que más ves en NYC, están por todos lados. De hecho, me volvi adicto al Gingerbread Cake que vendían en Starbucks por las fiestas y el Caramel Machiatto se consolido como mi variedad favorita en café.

En la noche me fui al Bowery Ballroom, uno de los típicos venues neoyorquinos, donde han tocado un sinnúmero de bandas que me gustan. Esa noche tocaban los The Levees, no los conocía pero les iba a dar una oportunidad. Me agarré el metro nuevamente, creo que la línea 6. Anduve medio perdido por un rato, pero finalmente me ubiqué. El negro de la puerta no me dejo entrar pq no aceptaban tarjetas de crédito, le pregunte donde habia un cajero y me dijo que dos cuadras más abajo. Otro negro que estaba en la puerta me dice, dile que te deje entrar si abajo hay un ATM, le fui a decir y no me dejo. Obligado a correr, saqué plata volví y entré. Al parecer el negro mala onda me dijo algo pero no le entendi, estaba abajo, iba a pedir una chela y la barwoman me pide la pulsera, conchetumare, me faltaba la pulsera, eso seguramente me dijo el negro, salí y le dije que disculpa pero que no le habia entendido, el negro no me creyo mucho porque me dijo que tenia muy buen ingles (lo he mejorado bastante pero aun me cuesta con algunos acentos culiaos como el tuyo..le dije es español..no mentira). Bueno el cuento es que la banda era de puros judíos, el local era bacán, con un lounge en el primer piso, y el escenario en el segundo. Las melodías eran bastante pop, a la New Pornographers, y en la mitad del concierto repartieron donuts (TAN!) yo me comí unas cuantas. Al término me senté en la barra y me hice amigo de un canadiense de Toronto. Le preguntamos a la mina de guardarropía donde podíamos ir, porque aun era temprano. Nos dijo Ludlow St. Definitivamente sabía. Llegamos no se como, caminando. Entramos a The Dark Room, un bar notable donde tocaban mi música favorita y varios grupos que yo no conocía. Según gente que conocí ahí, los de INTERPOL (la banda) eran asiduos del lugar. Me mandé unos shots de Jägermeister (gusto adquirido) y me puse a conversar con un típico hipster neoyorquino que había visto en vivo a casi todas las bandas que yo quería ver y que tenía un sitio web, con todos los conciertos y fiestas de la onda rock en la ciudad. Conversamos de música, me dio su tarjeta y me recomendó unos cuantos lugares, le tire puras flores a la Blondie y a la disquería Extravaganza en Santiago. A ver si va, cuando vaya a Chile. Terminé paseándome por Ludlow St., lleno de pubs, pero ya era tarde, finalmente divisé un sucucho pequeño, pero en vez de papas fritas vendían crêpes. Me pedí uno de plátano y nutella, caminé al metro y me fui a acostar. (Mención aparte a las londinenses con acento de la creperie y a los jotes brasileños que me miraban con cara de odio cuando me quise meter en la conversación).

2 comments:

Yo... golondrina said...

NYC... o la tierra de alicia en el pais de las maravillas... que maravilloso lugar, donde encontrar a un negro con una camiseta de Morrisey es casi algo esperable... qué notable...

Señor Rocha: su público EXIGE (y se merece) que relate la experiencia de la noche de The Strokes y aquella versión en vivo de nuestro tan chileno grupo Pánico.

(*Tendencias Pictóricas... qué asignatura más clásica por dios!!!
**Muerte a la centro izquierda!!!!)

Yo... golondrina said...

A propósito... vi en 7º vicio un fragmento de Brokeback Mountain y, sí, al parecer es de esas películas que hay que ver sí o sí.
Supongo que si está nominada a los Globos de Oro (que por lo demás me parecen bastante más válidos que los Oscar... dicen que tb está en la mira para ser los favoritos de los SAG), será porque tiene bastantes elementos de calidad.

(*Viva Starbucks!!!!... aunque cobren un ojo de la cara)